Periscopio Invertido, como crónica, revive memorias y resistencias desde los márgenes de Colombia. El cine documental como herramienta de denuncia y creación colectiva hacia otros futuros posibles.
La necesidad de mirar desde abajo
Periscopio Invertido surge en Colombia por un murmullo de las caracolas del centro del continente, que hablaron de la necesidad de aprender a ver bajo la tierra para buscar allí la llave enterrada de la memoria y curar con ella a los pueblos de la peste del olvido. Recorrimos trochas y caminos, anduvimos a tientas sobreviviendo a la larga noche. Escuchamos las voces de las mayoras y el canto de los peces; vimos una multitud de luciérnagas iluminar las calles grises y cientos de saltamontes que, sin agotar su estridente sonido, se convirtieron en una sola voz.
Emergió entonces Periscopio Invertido: Escuela de Memoria y Audiovisual como parte de la urgencia por mantener viva la búsqueda de las luchas y resistencias que subyacen debajo de la tierra. Una mirada de mujeres, jóvenes y disidencias de género. Emergió como un dispositivo de recuerdo, como un intento de invertir la mirada, de mirar hacia adentro. Desde los márgenes, los suburbios y los territorios se narran fragmentos de realidad del país.
El recorrido de Periscopio Invertido
Periscopio Invertido es una revisión histórica, política y cultural de Colombia a través del lente de la memoria.
Cada versión de Periscopio Invertido construye un eje de recuerdo que funciona como brújula en medio de la espesura del conflicto colombiano. Hacer una retrospectiva de esta iniciativa es emprender una revisión histórica, política y cultural de Colombia a través del lente de la memoria.
La primera versión se realizó en 2011 con jóvenes del corregimiento de San Juan del Sumapaz, centrando la mirada en el conflicto por la tierra y la identidad campesina. De allí surgió el documental Al páramo lo que es del páramo, que muestra la defensa del territorio frente a los intereses geopolíticos de megaproyectos que ponen en riesgo recursos vitales como el agua y las prácticas culturales que lo rodean.
En 2012, la escuela llegó al barrio La Perseverancia, en Bogotá. De ahí nació Perseverancia: territorio de maíz, chicha y dicha, que indaga en la historia de ese barrio, su trayectoria campesina y obrera, su relación ancestral con la chicha y su protagonismo en el Bogotazo, tras el magnicidio de Jorge Eliécer Gaitán en 1948.
En 2013, Periscopio Invertido produjo tres filminutos que denunciaron el genocidio político contra la Unión Patriótica (Esa rosa se llama UP), reflexionaron sobre la muerte en tiempos violentos (Rito a la muerte) y narraron la desesperanza heredada por una generación (Caminando). Entre 2014 y 2015, abordó la desaparición forzada y la “limpieza social” con Nomen Nescio, el rol de los medios en la despolitización con Última Hora, y el duelo de quienes buscan a sus desaparecidos con Bruja.

La imagen como refugio de la memoria
En la última década, Periscopio ha descentrado los hechos de la violencia para enfocarse en las memorias de las resistencias. Son relatos de tránsito, bifurcaciones y caminos posibles que las comunidades trazan para construir paz y exigir garantías de existencia. La apuesta no es contar una sola verdad, sino mostrar que cada imagen lleva a otra, como quien recorre una espiral. Unas veces para alumbrar mundos posibles; otras, para recordar los que nos arrebataron.
Periscopio posibilita el fortalecimiento de las intersensibilidades de la resistencia como base para la creación de otros futuros posibles.
Este dispositivo político-pedagógico se sostiene en la convicción de que la comunicación popular y el audiovisual son herramientas para habitar el presente desde la potencia del pasado. Las producciones se configuran como ejercicios colectivos de memoria que invierten la lógica hegemónica de narrar la historia, y dan lugar a otras formas de contar desde el dolor, la dignidad y la esperanza.
Desafíos actuales y horizontes posibles
Cada versión de la escuela propone formas de habitarnos en colectividad, como parte de la reconstrucción de un tejido roto por años de violencia. Periscopio Invertido es una forma de afinar la mirada y, con el lente de la memoria, esbozar rutas para el porvenir. Permite acciones a través de la imagen en movimiento, y así fortalece las intersensibilidades de la resistencia como base para la creación de otros futuros posibles.
Hoy, ante el resurgir de narrativas del miedo, el silenciamiento de procesos sociales y el despojo territorial, el desafío es seguir narrando. Hacer memoria no solo para recordar, sino para transformar.
Periscopio Invertido es un llamado a seguir construyendo país desde abajo, con las manos llenas de tierra, imágenes y dignidad. Por eso hoy se sueña desde las regiones: en los últimos años ha florecido en territorios como La Nupa, en Tumaco, el corredor del Pacífico y el Caribe colombiano. Desde allí, la memoria sigue viva y en movimiento.
Periscopio Invertido: Escuela de Memoria y Audiovisual 2022. Disidencias, tránsitos y Re-existencias: Otredades en la construcción de paz.
Periscopio Invertido: Escuela de Memoria y Audiovisual 2022. Disidencias, tránsitos y Re-existencias: Otredades en la construcción de paz.
Corto producido en el marco de Periscopio Invertido: Escuela de Memoria y Audiovisual. Busca develar en el escenario urbano el fenómeno de la desaparición forzada ligada a la limpieza social, como disensión de la desaparición selectiva que se soporta sobre diversos estereotipos y ámbitos socio políticos.